Reportaje sobre Palacio Valdés

Reportaje sobre Palacio Valdés                                                                                                     El mundo delas letras 


Palacio Valdés, el gran olvidado

El escritor asturiano en la desmemoria de los españoles

Madrid/02/05/2013
Armando Palacio Valdés nace el 4 de octubre de 1853. Integrado en una familia de liberales y creyentes. La infancia del escritor se reparte entre Entrialgo (el valle y la montaña) y Avilés (la costa marinera y urbanizada). El balance de esta etapa vital es muy positivo para Palacio Valdés: «Ha sido particularmente dichosa», confiesa el escritor en sus memorias de infancia y adolescencia. Las acciones y experiencias vividas durante la infancia explican, para Palacio Valdés, actos de la edad adulta, y en algunos casos serán la materia prima indispensable para elaborar más adelante sus productos artísticos. La política tentó temporalmente a Palacio Valdés, pero esta fue derrotada por la literatura. Los canovistas le ofrecieron ser diputado a los veinticinco años pero sus contactos iniciales con ese mundo fueron efímeros. Aunque siempre se consideró Palacio Valdés, con matices, un republicano liberal.
En una carta dirigida a Clarín, Palacio Valdés afirma: “Ya sabrás tal vez por Genaro, que me ayuda eficazmente, que intento salir diputado por Cuba. No me mueve a ello nada positivo. Ni tengo medios para llegar a nada en la política ni deseo tampoco. Lo único que me impulsa es tener alguna fuerza para sostener a mi hermano y evitarme si puedo los disgustos que constantemente me estén dando los gañanes de Laviana. Preveo que no saldré, porque estas cosas hay que quererlas de veras y yo no las quiero”.
Una de las producciones literarias de Palacio Valdés que mejor ha soportado el transcurrir de los años ha sido El cuarto poder (1888), una visión agridulce del periodismo como signo de progreso que, sin embargo, cosecha nefastos resultados en un clima de incultura y de manipulación política con señoritos  y políticos de bajo nivel.



Vida política de finales del siglo XIX

España durante los años finales del siglo XIX, vivió acontecimientos importantes.
Cánovas diseñó un sistema basado en el turno pacífico de dos partidos en el poder. El Partido Conservador, dirigido por el propio Canovas del Castillo y heredero del moderantismo, y Partido Liberal, liderado por Sagasta, al que se unirán progresistas y demócratas del Sexenio. Sagasta a menudo hablaba como un progresista radical, pero actuaba de una manera moderada y pragmática.
El sistema de turno  tuvo la gran virtud de garantizar la alternancia pacífica en el poder, poniendo fin durante un largo periodo al intervencionismo militar y a los pronunciamientos. Sin embargo, el turno fue un puro artificio político, destinado a mantener apartados del poder a las fuerzas que quedaban fuera del estrecho sistema diseñado por Cánovas: las fuerzas de izquierda, el movimiento obrero, los regionalismos y nacionalismos.
Este sistema de adulteración electoral no fue único de la España de la época, el “transformismo” en Italia y el “rotativismo” en Portugal fueron sistemas similares
El fraude electoral generalizado que caracterizó el sistema del turno tiene lugar en el contexto de un país agrario y atrasado. La clave de la adulteración electoral estaba en los “caciques”, que eran los encargados de llevar a la práctica los resultados electorales acordados por las élites de los partidos.
Los caciques eran personajes ricos e influyentes en la España rural (terratenientes, notarios, comerciantes...), quienes siguiendo las instrucciones del Gobernador Civil de cada provincia, amañaban las elecciones. Los gobernadores habían sido a su vez informados por el ministro de Gobernación de los resultados que "debían" de salir en sus provincias, siguiendo el "encasillado" acordado por las élites políticas.
Los métodos desplegados por los caciques durante los elecciones fueron muy variados: violencia y amenazas; cambio de votos por favores (rebajas de impuestos, sorteo de quintos, saldo de préstamos, agilizar expedientes que se eternizaban en las oficinas estatales...); o simplemente trampas en las elecciones, el conocido popularmente como el “pucherazo”.
La prematura muerte de Alfonso XII en 1885 abrió el período de la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII. Tras la muerte del rey, Cánovas y Sagasta reafirmaron en el denominado Pacto del Pardo (1885) el funcionamiento del sistema de turno.
En el denominado "gobierno largo" de Sagasta (1885-1890) se aprobaron diversas medidas de reforma política. Aquí nos encontramos, 1887 donde surgen las libertades de cátedra, asociación y prensa, suprimiendo la censura. Y en 1890 Sufragio universal masculino
Sin embargo, el sistema de turno siguió basándose en la adulteración sistemática de las elecciones, aunque el sufragio universal permitió que los republicanos obtuvieran un puñado de diputados en las ciudades, donde no funcionaba el caciquismo.
Nos encontramos varios grupos en contra del gobierno. Uno de esos grupos son los carlistas con una fuerza cada vez más residual que, finalmente, había decidido renunciar a las armas. Con fuerza en el País Vasco y Navarra, nunca consiguieron más del 3% en las elecciones en que se presentaron. También nos encontramos ras el nacimiento de la sección española de la AIT durante el sexenio gracias a la labor del anarquista Fanelli y el marxista Lafargue, tras el golpe de Pavía en 1874 los "internacionalistas", el movimiento obrero, fue reprimido. Al igual que en toda Europa, la ruptura entre Marx y Bakunin en el Congreso de La Haya en 1872 propició la escisión de las fuerzas obreras. En este segundo grupo se encuentran los anarquistas y los socialistas. 

Amistad con Clarín

Desde niños, Palacio Valdés y Clarín desarrollaron una gran amistad. Se conocieron en el colegio, cuando Palacio Valdés dejo Avilés para irse a Oviedo. Después de la etapa de escuela, marcharon a Madrid donde decidieron continuar sus estudios. Aunque sus caminos se separan debido a que cada uno estudia una rama diferente, a ambos les une la filosofía.
A principios de 1882 se publica La literatura en 1881. Está formado por 31 artículos, de los cuales 16 son de Palacio Valdés y 15 de Clarín.
Desean ambos, ofrecer un especie de crónica de las letras españolas durante el pasado año. Piensan que su tarea podrá ser útil andando el tiempo a algún erudito y para ello recopilan trabajos publicados con anterioridad en diversos periódicos.


Clarín y Palacio Valdés

En 1887 recién publicada Máxima, Palacio Valdés escribía: “lo que siento de nuestra amistad, que toda España conoce, los elogios que me tributas hacen poco efecto y en cambio de tus censuras se agarran mis enemigos como tuve ocasión de observar. Esto en último resultado importa muy poco, porque el juicio público se establece definitivamente al cabo de algunos años, pero siempre es una contrariedad que no puedas hacer por mí lo que puedes hacer por otro cualquiera”.
Delicada situación ante el público espectador la que a crítico y a novelista plantea su antigua y conocida amistad. Con anterioridad había dicho Clarín: “antes de entrar en el capítulo de alabanzas debo advertir lealmente que Armando Palacio es intimo amigo mío  y que un egoísmo que me parece disculpable, me obliga a sacrificar al amigo en aras de mi humilde nombre de revistero imparcial. Quiero decir que para evitar a mis enemigos la ocasión de zaharirme, prefieren no elogiar a Palacio cuanto merece, y apretar en el renglón de los reparos, para que así resalte mas la condición de justiciero de la que siempre hice gala”.
Clarín murió en 1901. Por ello no conoció más que una parte de la obra de su amigo Palacio Valdés. La siguió muy de cerca, la cometo con ejemplar y costosa objetividad. Pero casi nunca subrayada como se merecía. 

El cuarto poder

El cuarto poder, obra de Palacio Valdés
En este ámbito surge la novela de Palacios Valdés, El cuarto poder. En primer lugar llama la atención el titulo. Esta expresión surge en el siglo XVIII, donde se dijo que los periódicos iban a ser más importantes que el Parlamento. Y esta afirmación no se equivocaba. El periodismo ha tenido desde que nació, una influencia para crear opinión en el público. Incluso se ha llegado a decir que eran los que propiciaban la educación de la sociedad.
Al comienzo de la novela, Palacio Valdés recrea una sociedad pacifica, donde los habitantes tienen una relación cordial y donde los conflictos son escasos.
En la obra nos podemos encontrar con dos partes. La primera de ellas es la vida privada de los protagonistas. Los protagonistas de la obra, son la familia Belinchón, formada por un matrimonio con dos hijas y un hijo. Esta familia es de clase media-alta. El padre trabaja como empresario de bacalao y siente una autentica admiración por la prensa, sobretodo la francesa. Por ello decide crear un periódico en el pueblo para que sus habitantes estén informados de las últimas noticas que suceden allí. En un primer momento, el periódico tiene fines de tertulia política. Pero en seguida nace un periódico competidor, debido a las rivalidades que hay en la villa gallega. Esta rivalidad hace que la vida privada quede en un segundo plano, y todo lo que sucede en Sarrio quede descubierto por ambos periódicos. Por lo tanto esta es la segunda parte.
La prensa periódica en España, nació como medio de comunicación rápida y económica en todas las capas de la sociedad mundial. Durante la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, son muchos los autores que se  encargaron de  escribir en los periódicos y revistas.  El siglo XIX será la gran época de la prensa política. Sin la competencia de los medios tecnológicos del siglo XX, la prensa vive su Edad de Oro hasta la segunda década del XX como único y gran medio de información. La revolución industrial, con sus nuevos medios y la mejora de las técnicas de impresión, permiten ampliar las tiradas, la calidad y la periodicidad de las publicaciones, que, con los nuevos medios de comunicación, llegan antes y mejor a los más remotos lugares. No sin limitaciones legales, la prensa se desarrolla y se consolida de forma definitiva en todos los países occidentales, apareciendo algunos de los grandes periódicos que aún perviven. El lenguaje periodístico desarrolla un sistema propio que, en manos de algunos autores, se consolidad como lleno de posibilidades expresiva y, así, como género literario.
Por lo tanto podemos decir, que El cuarto poder es una novela que desarrolla la importancia del periodismo a finales del siglo XIX y como este puede influir a la sociedad. Aunque esto nos quede lejos, el periodismo, en todos los soportes, actualmente sigue teniendo una enorme influencia en la sociedad. Por lo que podemos decir, que la novela de Palacios Valdés sigue vigente en nuestros días.

Fundación Palacio Valdés

El centro de interpretación Armando Palacio Valdés, casa natal des escritor, ofrece una visión del paisaje a través de la literatura del escritor, sobre todo de la obra de su pueblo natal La aldea perdida. El centro cuenta con una biblioteca donde encontrar las novelas del escritor. Y cuenta además, con 5 salas expositivas. Nos encontramos una sala dedicada a su obra literaria, otra sala dedicada al mundo rural, llamada Nolo y Demetria, que hace un recorrido por el trabajo campesino tal y como el escritor lo describió. También hay una sala de minería, Plutón y Joyana, que ofrece la visión general de la minería de Coto Musel, característica del concejo de Laviana.
Por último, esta la sala dedicada al territorio, que ofrece la visión de la evolución de la La Pola desde 1870 a la actualidad a través de distintos plano y fotos. 




Casa natal de Armando Palacio Valdés

El gran olvidado 

El escritor asturiano fue un autor reconocido en vida. Candidato en tres ocasiones al Premio Noel (1927, 1928 y 1935) y uno de los escritores españoles mas traducidos de su época, con 12 novelas traducidas al inglés, entras las que destacan El cuarto poder, Marta y María y Maximina. Pero su olvido llego pronto.
 La segunda mitad del siglo XX parece olvidarse del escritor hasta el punto que en 1995 que se llega a escribir un ensayo sobre Palacio Valdés titulado Un novelista de España olvidado: Armando Palacio Valdés.

Yvan Lissorgues, investigador que durante varias décadas ha investigado y creado nuevas líneas conducentes a la investigación y conocimiento de todo el entramado literario del siglo XIX. Sus investigaciones sobre Clarín y su amplio conocimiento del Realismo- Naturalismo, le hicieron llegar a Asturias. Allí en una entrevista que le hicieron respondió a una seria de preguntas, en donde figuraba la siguiente:
¿Sería adecuado entonces considerar a Palacio Valdés como un clásico olvidado?
A lo que Lissorgues respondió:
“Esta es una cuestión bastante delicada. Sobre todo porque Palacio Valdés fue el autor español más popular en el extranjero durante gran parte del siglo XX. Esto es algo muy importante. Tal vez ha sido más popular fuera de España”.

Con estas palabras el investigador deja claro, que Valdés ha sido uno de los mejores escritores de la cultura española, pero que la sociedad no le ha sabido valorar. Palacio Valdés es un novelista que actualmente sólo lo leen profesores o historiadores. Y esto es debido a que las ediciones de sus obras están insertadas en colecciones muy académicas, de menor acceso.


Fdo: Alejandra Duque Martín

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